«Jesús Sacramentado – María Inmaculada – la Iglesia – los Pobres, son nuestro ideal, deben llenar nuestra vida; nos harán alcanzar la santidad y el paraíso ».
don Domenico Masi
«Jesús Sacramentado – María Inmaculada – la Iglesia – los Pobres, son nuestro ideal, deben llenar nuestra vida; nos harán alcanzar la santidad y el paraíso ».
don Domenico Masi
La congregación nació en Miramare di Rimini y es en esta localidad donde sigue latiendo. De hecho, en Miramare está la casa madre y la curia general de las Hermanas de la Inmaculada, así como otras muchas obras iniciadas por el fundador don Masi.
En Rímini está abierta la Casa al mare, que durante décadas ha albergado a centenares y centenares de familias que han encontrado un lugar acogedor para pasar unas vacaciones tranquilas vividas en cristiandad, encontrarse a ellos mismos, a Dios y a los otros. La Casa al Mare surge en la naturaleza y se encuentra a unos 100 metros de la playa. Se encuentra en un lugar tranquilo a pesar de estar en una localidad céntrica; por su posición y la comodidad existente, ofrece a sus huéspedes una estancia tranquila y agradable.
El centro, también físico, del complejo que alberga a las Hermanas de la Inmaculada en Miramare es la Grotta di Lourdes (Gruta de Lourdes), deseada por don Masi en 1962, su último don a la comunidad a la cual había dedicado toda su vida. En una pequeña explanada, al fondo destaca una reproducción grandísima de la Gruta de Massabielle donde en 1858 la Virgen se apareció a una muchacha de nombre Bernadette Soubirous revelándole ser la Inmaculada Concepción. En verano, de mayo a septiembre, la pequeña explanada se llena de personas para recitar el santo rosario. Es un oasis de espiritualidad muy cerca de la playa y en mitad de muchísimos hoteles.
En Miramare las Hermanas también gestionan un modesto ambulatorio de primeros auxilios para todo aquel que lo necesitara. También esta es una disposición del Fundador y que se prolonga con el tiempo, con amor, dedicación y competencia.
La Escuela de Educación Infantil don Domenico Masi se presenta como una comunidad educativa compuesta por profesores religiosos y laicos. Es una escuela católica y su huella se puede ver en todas las actividades didácticas.
Los niños que asisten a ella, unos 85 divididos en tres secciones, tienen origines familiares y sociales diversos, desde los hijos de los habitantes históricos de Miramare que, de pequeños habían asistido a la escuela, hasta los hijos de inmigrantes extracomunitarios y europeos..
En la escuela se utiliza un enfoque educativo inspirado en la didáctica activa, es decir un conjunto articulado de metodologías de enseñanzas que sitúan al niño/a como sujeto activo y no pasivo de su proceso de aprendizaje..
La comunidad de Morciano desarrolla una actividad de asistencia para los huéspedes ancianos de la residencia para la tercera edad. La estructura dispone de únicamente 24 camas más otra disponible en caso de emergencia. La comunidad está formada por cinco Hermanas. Cada miércoles albergan a un grupo de oración de la Renovación en el Espíritu y cada segundo jueves del mes al grupo de oración “Padre Pio”. El viernes, la oración es animada por el grupo Caritas Parroquial.
Las Hermanas están de día y de noche disponibles para los huéspedes a los que aman y cuidan con pasión, interviniendo rápidamente en cada una de sus necesidades con espíritu de dedicación, llegándose a olvidar incluso de ellas mismas porque, en cada uno de ellos, ven el rostro de su propia madre.
En Saludecio, las Hermanas de la Inmaculada animan una “Casa de Espiritualidad”. Con el paso de los años, la casa se ha caracterizado cada vez más como un instrumento de evangelización, abierta a las parroquias, grupos y a personas individuales. Ofrece la posibilidad de vivir retiros, encuentros de formación, días de espiritualidad. La Diócesis de Rímini ha encontrado en esta casa un punto de referencia para las diferentes actividades de la Pastoral Familiar.
La presencia de las Hermanas de la Inmaculada en la Residencia de la Tercera Edad “Beato Amato” empezó en 1968 cuando el alcalde Luigi Calesini hizo una solicitud a la Congregación de algunas hermanas para atender a los ancianos enfermos y solos. La solicitud fue acogida obedeciendo al carisma dejado por el Fundador: “Los pobres, los abandonados, los que están solos y los más débiles”.
En la actualidad, la comunidad está formada por 5 hermanas: prestan servicio a los ancianos, están presentes en las catequesis, y en la animación litúrgica de los domingos en Sant’Ansovino a unos 2 km de Saludecio..
La comunidad de San Clemente, formada por cuatro hermanas, está activa en la iglesia local, mediante servicios en el altar, la catequesis, la animación litúrgica. Al lado de esta comunidad se encuentra la Casa de Acogida “La Samaritana” para chicas madres o para chicas salidas de la “Tratta”. Es la respuesta a una de las pobrezas que presenta la sociedad actual.
Es un centro únicamente para mujeres, autosuficientes o parcialmente autosuficientes. Tiene una capacidad receptiva de 21 camas (8 habitaciones dobles y 5 habitaciones individuales).
La casa ofrece servicios de asistencia, sanitarios, higiene ambiental, lavandería y guardarropa, asistencia religiosa, excursiones/salidas, momentos de relajación, fiestas. En varias ocasiones la casa se llena de jóvenes y no tan jóvenes dispuestos a pasar su tiempo libre con las abuelas ofreciendo sus momentos de alegría y felicidad. Con su entusiasmo juvenil organizan juegos, competiciones, bailes y, naturalmente, cantos de otros tiempos que les hacen revivir su juventud.
La comunidad está gestionada por 5 monjas: Responsable, Enfermera, Operador, socio sanitario y colaboradoras religiosas y laicas a los que se asignan diferentes tareas: distribución de comidas, limpieza ambientes. Por la mañana se ayuda a los huéspedes a que se levanten, se les lava, viste y acompaña a la iglesia para la santa misa de las 7:30 e inmediatamente después se les lleva a la sala del desayuno. Durante el día hacen juegos y trabajos de manipulación, ejercicios de gimnasia adecuados para sus capacidades y posibilidades. Por la tarde se les sirve la merienda con bebidas calientes y frescas y se les ayuda a arreglar su cama, desgraciadamente, muchos de ellos necesitan ayuda. Al anochecer, las abuelas y las monjas son llevadas a la capilla para alabar y agradecer a Dios el don de la vida y por el tranquilo día que han pasado juntos, mientras la Virgen Inmaculada, nuestra Hermana y Madre, es honrada con la oración del santo rosario y cantos marianos.