«Jesús Sacramentado – María Inmaculada – la Iglesia – los Pobres, son nuestro ideal, deben llenar nuestra vida; nos harán alcanzar la santidad y el paraíso ».
don Domenico Masi
Las Hermanas de la Inmaculada surgieron teniendo como deber la asistencia y la educación de los niños huérfanos y abandonados. Con las constituciones de 1983 se precisó el carisma de la congregación para adecuarse al cambio de los tiempos y a las nuevas exigencias de la sociedad y de la Iglesia.
Consciente de que el carisma es un don especial que Dios concede a una o más personas para el bien común, ahora las hermanas se dedican a la evangelización, la catequesis y en la promoción de las asociaciones de hombres y mujeres que comparten su espiritualidad y misión. También están bien situados en la pastoral de la Iglesia local, obrando según las directrices de los Pastores correspondientes y llamando a la educación de niños y jóvenes, formando personalidades humanas y cristianas capaces de afrontar de manera responsable la vida, iluminándoles con la certeza de la fe.
Las hermanas sirven a los ancianos y los niños necesitados, teniendo predilección siempre por los más pobres, esforzándose en amar a estas personas sufrientes según los dictámenes de Jesús, y de manifestar a cada uno el amor con el que les ama el propio Cristo. Todo ello, sin dejar de lado la educación religiosa en la familia, mediante la prensa y otras formas de apostolado.
Una de las intuiciones de Don Domenico Masi fue la realización y la difusión de “Ramoscello d’Olivo”, instrumento de evangelización que todavía hoy, a través de la Congregación, llega a miles de familias llevando una palabra de paz y esperanza.
Las Hermanas de la Inmaculada son conscientes de que para encarnar su Carisma deben partir siempre de la realidad que las rodea, especialmente en tierras de misión, porque las necesidades de hoy son diferentes de las de ayer, pero el carisma a encarnar es siempre el mismo.
Congregazione delle Sorelle dell'Immacolata
Casa Madre e Generalizia 